Cuando la Unión Soviética invade Polonia el 17 de septiembre de 1939, Anna Aleksandrowna deja su hogar en Cracovia para buscar a su esposo, el capitán polaco Andrzej. Lo encuentra junto con otros oficiales capturados por el Ejército Rojo, pero minutos después es empujado a un tren, que llevará a todos los oficiales polacos a un campo de prisioneros en Kozelsk, en Rusia. Anna y su hija Nika ahora están atrapadas en la zona ocupada por los soviéticos, sin poder regresar a Cracovia en la zona alemana, al menos no hasta que un valiente capitán ruso las ayude a huir.
El 3 de abril de 1940, Andrzej es transportado desde el campo de prisioneros en Kozelsk al Bosque de Katyn, donde miles de oficiales polacos son asesinados. En 1943, los alemanes capturan esta área y encuentran las fosas comunes. El 13 de abril de 1943 comienzan a anunciar los nombres de los cadáveres identificados a través de altavoces en Cracovia. Anna se alegra de que Andrzej no esté en ninguna de las listas de Katyn, lo que le da algo de esperanza.
El 18 de enero de 1945, el Ejército Rojo libera Cracovia de los nazis. Los rusos comienzan a culpar a la Masacre de Katyn a los alemanes, proclamando que ocurrió en 1941 en lugar de 1940. Todos saben que esto no es cierto, pero aquellos que se niegan a aceptar la versión soviética son encarcelados o asesinados por el Ejército Rojo.