Tommy dos Santos no nació psicópata, ni se convirtió en sociópata. Él era algo completamente nuevo, y estaba recorriendo su propio camino, ¡un camino que se enrojecerá con la sangre de las criaturas más inmundas y diabólicamente aterradoras jamás concebidas por el hombre! Ya no tienen el papel protagónico en nuestras pesadillas, ahora son los payasos quienes son la presa, corriendo por sus vidas de un asesino que no se detendrá hasta que todos y cada uno de ellos estén muertos. A medida que aumenta el número de cadáveres de Tommy, se encuentra cada vez más cerca de lo que pensaba que era un fantasma, el alguna vez gran rey payaso conocido como "Giggles", y se pregunta: si la risa no puede morir, ¿qué tal Giggles?