En el año 1848, se descubre oro en California, desatando una fiebre por la búsqueda de este preciado metal. Miles de personas de diferentes partes del mundo se dirigen hacia el oeste de Estados Unidos en busca de fortuna.
La fiebre del oro provoca una gran migración hacia California, donde se establecen campamentos mineros improvisados. La competencia por encontrar oro se vuelve feroz, con buscadores enfrentándose a duras condiciones y a la codicia de otros.
La Gold Rush transforma la economía y la sociedad de California, atrayendo a aventureros, comerciantes y emprendedores. Se construyen ciudades y se establecen rutas comerciales para abastecer a los buscadores de oro.
Finalmente, la fiebre del oro comienza a decaer a medida que las minas se agotan y la competencia se vuelve más intensa. Muchos buscadores regresan a sus hogares con las manos vacías, mientras que otros logran acumular grandes fortunas.