En una casa abandonada, el detective Louis Burke se enfrenta a un maníaco llamado el Sandman. Aunque el Sandman casi mata a Burke, este logra detenerlo con una bala.
Dieciséis meses después, Burke se une a un equipo especial formado por el gobernador para investigar una serie de muertes inexplicables en la Penitenciaría de Harrison. Mientras Burke se hace pasar por un recluso, la abogada Amanda Beckett actúa como su esposa.
En la penitenciaría, Burke se ve obligado a sobrevivir en un entorno tan sombrío y sucio que hace que un baño público en la ciudad de Nueva York parezca una habitación de un hotel de cinco estrellas. Burke logra hacer amistad con algunos de los reclusos, incluidos Hawkins y Priest, quienes lo ayudan con la investigación.
Más reclusos son asesinados misteriosamente. El compañero de celda de Burke es asesinado, y el guardia de la prisión DeGraff pone a Burke en confinamiento solitario, donde es interrogado y golpeado. Y como si eso no fuera suficiente, el Sandman termina en Harrison.
Resulta que los prisioneros están siendo asesinados por sus órganos. Mientras tanto, Beckett asiste a una fiesta dada por Vogler, el fiscal general del estado. Justo cuando está a punto de contarle sobre los asesinatos en la prisión, Beckett recibe una llamada de su asistente, quien identifica a Keane, el secuaz de Vogler, como el responsable de los asesinatos, que también involucran al Dr. Gottesman, el cirujano que cosecha los órganos para venderlos a personas desesperadas.
Las sospechas del asistente se confirman cuando Vogler intenta matar a Beckett. Burke comienza una fuga de la penitenciaría, perseguido por el Sandman y cientos de reclusos enojados que han sido liberados y armados con el conocimiento de que Burke es un policía. Burke y el Sandman tienen un enfrentamiento brutal en el que Burke intenta deshacerse del Sandman para poder ir tras Vogler, Keane y Gottesman.
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Libertad para morir
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Bring Me a Dream
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