Algunas leyes están destinadas a romperse ... La prostituta de clase alta Gabrielle Michelle organiza su propio arresto en un plan para chantajear a sus conocidos clientes. Su lista incluye abogados respetados, jueces honorables e incluso el gobernador. Cuando lo presenta como prueba ante el tribunal, el juez presidente, Richard Miller, se ve inmerso en un dilema moral. Puede hacer pública la lista, incriminando a amigos y colegas, o puede sellar la lista y guardar sus secretos. Haga lo que haga, alguien va a perder y hay personas dispuestas a hacer cualquier cosa para permanecer en el anonimato. Un asesinato espantoso eleva las apuestas a un nuevo nivel. Miller es amenazado y Gabrielle atacada. Luego, cuando se ordena a los detectives del caso que dejen de investigar, uno de ellos decide continuar con la ayuda de Gabrielle. Pero para encontrar un asesino, tendrán que hacerse el anzuelo.