La vida en la Iglesia Católica del Santo Redentor en Detroit está alterada por una serie de asesinatos cuyas víctimas son todos sacerdotes y monjas. Todas las víctimas se encuentran con un rosario negro en la mano. El padre Koesler comienza a colaborar con la policía, pero pronto se encuentra en un punto en el que el asesino decide elegirlo como confesor.