Es un documental musical que cuenta la historia de Roy Gurvitz, quien creó Lost Vagueness en Glastonbury y quien, como dice el legendario fundador, Michael Eavis, revitalizó el festival. Con la decadencia del Berlín de los años 20, pero todo en un terreno fangoso. Una película sobre el lado oscuro y autodestructivo de la creatividad y el trauma personal que hay detrás.