Laya es una joven fotógrafa profesional que se ha alejado de su familia. Su padre se ha enfermado, pero ella no ha venido ni una vez a visitarlo al hospital, aunque pagó el hospital. Su madre, que dejó a su familia cuando Laya era una niña, regresa para instar a Laya a hacer las paces con su padre, pero el dolor de Laya es más profundo de lo que su madre sospecha. Laya es enviada a las provincias para documentar un ritual de una tribu indígena en desaparición, y allí, inadvertidamente, se encuentra cara a cara con sus propios demonios mientras observa las relaciones de los últimos miembros restantes de esta cultura moribunda.