Ensayo visual irónico sobre la superioridad de caer sobre un salto, refiriéndose a nuestra lucha con el aburrimiento del monstruo de dos cabezas y el miedo mortal. Mucha gente intenta escapar de esto buscando actividades emocionantes como el puenting. En las montañas solitarias, el alter ego del cineasta predica a una sola cabra montesa acerca de la caída como único escape real.