En la madrugada del 14 de junio de 1941, por orden de Stalin, más de 40,000 personas de Letonia, Estonia y Lituania fueron arrestadas, metidas en vagones de ganado y enviadas al exilio permanente en Siberia.
Entre ellos se encontraba la periodista Melanie y su hijo de 8 años, Andrejs, separados a la fuerza de su esposo y padre, Aleksandrs.
En el pueblo siberiano, las mujeres, ignorantes del destino de sus esposos, son instaladas en barracas mal construidas y obligadas a trabajar como esclavas.
Melanie se mantiene viva por su hijo y esposo, a quienes escribe cientos de cartas de amor que nunca son enviadas, ya que su dirección permanece desconocida.
Mantiene su integridad personal frente al hambre, el trabajo duro y la enfermedad. Después de 16 años, Melanie es liberada y regresa a Riga, solo para descubrir que su esposo Alexander murió en los campos en 1942.