El Dr. Brogan recibe un nuevo paciente en Helena, que ha caído en un estado vegetativo después de presenciar los espantosos asesinatos de tres de sus compañeros de escuela. Brogan pronto se dará cuenta de que Helena no es una paciente normal, ya que la joven comienza a transmitir imágenes dolorosas y violentas de los hechos que sucedieron esa noche. El terror ha encontrado a Brogan, aunque su amigo detective Bianchi se niega a hablar de posibles causas sobrenaturales o satánicas que el médico descubre detrás de los crímenes en los que Helena parece estar siempre involucrada. Brogan debe comenzar una carrera desesperada contra el horror, y aunque ya no creía en nada, tal vez solo creer en Dios puede salvarlo.