Veinte años después de despedirse con amargura de su familia y amigos para unirse a la iglesia romana, Monseñor Renard regresa a su pueblo natal como párroco. La Segunda Guerra Mundial está muy avanzada y la ocupación nazi es inminente. Además de tranquilizar a los lugareños, Renard también debe intentar reparar su relación con su hermano Yves, quien está resentido por que su hermano haya escapado de la responsabilidad de administrar el negocio familiar.