Sigue un día en la vida de tres generaciones de mujeres. Priscilla, su madre (Nana) y su hija, Wendy, pasan el día bebiendo ginebra, discutiendo y siendo perseguidas por un oficial de policía. Priscilla tiene un bulto en el pecho que puede ser canceroso o no. Su esposo está distraído y no lo agradece. Está deprimida, es una artista invisible, cuya madre siempre la regaña. Wendy se ve obligada a trabajar como azafata de autobús porque su novio egoísta y abusivo se niega a apoyarla.