John estaba completamente destrozado. Después de diez años juntos, su mujer había decidido dejarlo. No podía creerlo, todo parecía desmoronarse a su alrededor.
En medio de la confusión y el dolor, John recordaba los momentos felices que habían compartido. Cada recuerdo lo hacía sentir más triste, sabiendo que todo eso estaba a punto de desaparecer.
Intentó hablar con ella, suplicarle que se quedara, pero ella ya había tomado su decisión. No había vuelta atrás, su mujer estaba decidida a irse y empezar una nueva vida sin él.
Con el corazón roto, John se enfrentaba a la realidad de quedarse solo y tener que reconstruir su vida sin la mujer que había sido su compañera durante tanto tiempo.