En noviembre de 2004, Bill y Wendy Ainscow tomaron una sobredosis de pastillas para dormir y se metieron en el cálido océano Atlántico frente a Tenerife para suicidarse. Wendy Ainscow sobrevivió, pero Bill murió trágicamente. El extraño pacto suicida de la pareja fue la culminación de años de tratar de hacer frente y obtener ayuda estatal para su hija Lisa, que sufre del síndrome de Asperger.