La Islandia provincial de la posguerra: alrededor de 1950, Freyja, que había sido una adolescente regordeta, regresa de Estados Unidos, una viuda con una cintura de 50 centímetros, siete maletas de vestidos y una lista de quienes la han agraviado o despreciado. Se muda con una tía y un tío socialista: encontrar un nuevo esposo es una prioridad en su agenda, y Agga, una preadolescente que es nuestros ojos y oídos, desconfía de ella. El orden social y Freyja son más complicados de lo que parecen al principio, y también pueden ser sus perspectivas. Las divisiones de clases, los lazos familiares, el orgullo, el inicio de la pubertad y el poder de Eros cortan el hielo.