Después de verse obligado a vender su palacio, el Marqués de Leguineche se muda a un apartamento con su hijo Luis José, sus fieles sirvientes y el Padre Calvo.
Cuando el padre de Luis José fallece, dejando toda su fortuna a Chus, la hija del Marqués, la familia Leguineche viaja a Extremadura para asistir al funeral y promover la reconciliación de la pareja.
Una vez logrado este propósito, venden sus propiedades y regresan a Madrid. Comienza entonces una odisea para evadir el pago de impuestos.
Después de varios intentos fallidos, deciden hacerlo utilizando el tren especial de peregrinos que va a Lourdes.
Una vez alcanzada su meta, los Leguineche se instalan en Biarritz, pero la victoria electoral del Partido Socialista Francés los obliga a repetir la misma operación, esta vez hacia Miami.