Un desafortunado accidente de cocina en un convento hace que la mayor parte de la orden de las Hermanitas de Hoboken muera de botulismo. Antes de que todas las hermanas fallecidas puedan ser enterradas, la Reverenda Madre Superiora (Rue McClanahan) compra una videocámara y un VCR para el convento, lo que resulta en no tener suficiente dinero para enterrar a las cuatro hermanas restantes (que, por cierto, están almacenadas temporalmente en El congelador). Con el fin de recaudar dinero para enterrar a las cuatro hermanas muertas, las Hermanitas de Hoboken (bueno, lo que queda de ellas) montaron una revista desenfrenada llena de canciones y números de baile divertidos y espectaculares.