En Man Bites Dog, un equipo de cineastas sigue a un asesino en serie mientras comete sus crímenes. A medida que la película avanza, la línea entre observador y participante se vuelve borrosa, ya que el protagonista comienza a involucrar a los cineastas en sus actos violentos.
La película plantea preguntas sobre la ética de la observación pasiva de la violencia y la responsabilidad de los documentalistas en la creación de su material. A medida que la relación entre el asesino y los cineastas se intensifica, la película se vuelve cada vez más perturbadora y desafiante para el espectador.
Con un enfoque crudo y realista, Man Bites Dog es una exploración provocativa de la naturaleza humana y los límites de la moralidad en el cine.