En un día caluroso de verano, una madre y su hija adolescente se preparan para una excursión a la playa. La madre, interpretada por Kathryn Zenna, es una mujer estricta y controladora que busca imponer disciplina en su hija, interpretada por Karina Miller.
La madre lleva consigo una fruta pelada que se convierte en un símbolo de la disciplina que intenta imponer. A medida que la madre continúa con sus reglas estrictas, la tensión entre ella y su hija aumenta.
La narrativa de la película se centra en el conflicto generacional entre la madre y la hija, así como en la naturaleza de la disciplina y el control. A medida que la historia avanza, se revelan detalles sobre el pasado de la madre que arrojan luz sobre su comportamiento.
Finalmente, la madre y la hija llegan a la playa, donde se produce un momento de confrontación que lleva a un desenlace impactante. La película ofrece una reflexión sobre las relaciones familiares y la importancia de encontrar un equilibrio entre la disciplina y la libertad.