Tony es un joven con hábito de juego: pierde 10.000 dólares en una partida de póquer con Drumond, el jefe del barrio, y tiene 24 horas para saldar la deuda. Para obtener esta suma, acepta robar un auto a gran escala por encargo, pero se ve obligado inesperadamente a secuestrar a Liza, una joven y bella periodista de televisión dueña del auto. Ambos se sienten atraídos el uno por el otro y experimentan (con mutuo placer) una relación sexual en la casa de Liza. Después del sexo, Liza droga la comida de Tony y lo esposa a la cabecera de la cama, volcando la situación a su favor, convirtiéndolo en su rehén. Completamente desnudo e inmovilizado, se convierte en su juguete sexual, permitiéndole experimentar nuevas y placenteras experiencias. Cuando Tony es liberado, Liza está lista para seguir adelante, pero Tony sigue obsesionado con ella.