En una soleada tarde de verano, un grupo de delincuentes decidió llevar a cabo un audaz robo en la dierentuin local.
Los ladrones lograron ingresar al recinto de la dierentuin y comenzaron a saquear las diferentes atracciones, asustando a los animales y a los visitantes por igual.
La policía fue alertada y rápidamente se desplegó en la zona para detener a los criminales y recuperar lo robado.
Tras una intensa persecución, los overvallers fueron capturados y llevados ante la justicia, donde enfrentarán las consecuencias de sus acciones.