Anders y Puk han visto cumplido su sueño. Finalmente han comprado su propia casa y a un buen precio. Su hija adolescente podría animarse al tener su propia habitación en el sótano. Después de un tiempo, la pequeña familia debe admitir que su casa no está en buenas condiciones y necesitan a un constructor profesional para arreglarla.
El único problema es que no se lo pueden permitir, por lo que para conseguir el dinero deciden alquilar la habitación del sótano a Ulrik, un terapeuta de parejas. Ahora pueden obtener más dinero y asesoramiento inesperado de este hombre.