Mihram es un pequeño comerciante negro turco que juega y bebe demasiado. Algo que le molesta tanto a él como a su esposa, Elif. Quiere mejorar su vida y cuando se entera de la enorme cantidad de teléfonos móviles que se venden, quiere entrar en ese mercado. Para ello, necesita dinero y cuando el médico local le pide que consiga medicinas de Azerbaiyán para los niños enfermos, se dispone a conseguirlas, con la ayuda de su cascarrabias anciano tío Fazil.