Los matones secuestran a los adolescentes Sugar y Bobbylee para rastrear el paradero de un tesoro del que creen que las dos chicas conocen el secreto. Las chicas les cuentan a los tres matones sobre una visita que habían hecho años antes cuando eran niñas a una isla misteriosa con amigos. Allí, en la isla, se habían encontrado con un anciano, Jedediah, y su esposa, la abuela. La pareja de ancianos atrajo a los visitantes desprevenidos de la isla a su cabaña, donde los matarían y se los comerían. Los amigos de Sugar y Bobbylee, todos menos uno, se encontraron con este destino, y las dos chicas escaparon, aunque no antes de descubrir un alijo de doblones de oro. Cuando los tres matones regresan a la isla con la niña, descubren que alguien todavía está allí, custodiando la isla y el tesoro.