Segundo "¡Oh, Dios!" La película tiene a Dios apareciendo ante Tracy Richards, de once años, para pedirle ayuda para difundir su palabra e influencia en el mundo, lo que sugiere el lema "Piensa en Dios". Naturalmente, los padres divorciados de Tracy, Paula y Don, piensan que Tracy está loca y planean detener su misión "enviada del cielo" de difundir la palabra de Dios.