Seis hombres del medio oeste, todos sobrevivientes de agresión sexual infantil a manos de sacerdotes y clérigos católicos, se unen para dirigir un experimento inspirado en la terapia de drama diseñado para trabajar colectivamente a través de su trauma. Como parte de un proceso cinematográfico de colaboración radical, crean escenas ficticias basadas en recuerdos, sueños y experiencias, destinadas a explorar los rituales, la cultura y las jerarquías de la iglesia que permitieron el silencio en torno a su abuso. Frente a un sistema legal fallido, vemos a estos hombres reclamar los espacios que permitieron su asalto, revelando la posibilidad de catarsis y redención a través de una fraternidad recién descubierta.