Un grupo de oficinistas decide hacer una fiesta en el edificio de oficinas. Entre otras cosas, quieren tener algunas drogas allí. Su conversación sobre el tema es escuchada por Joe Vickers, lo cual es bastante desafortunado para ellos, ya que Joe Vickers es policía. Aún más lamentable es el hecho de que Vickers también es un satanista psicótico no muerto, y en lugar de arrestarlos, se asegurará de que nadie salga vivo de la fiesta ...