Como resultado de la Tercera Guerra Mundial, la guerra por el agua, la vida murió en la Tierra. Asha vive y trabaja como curadora del Museo de Historia Natural en una de las comunidades establecidas en África. Una vez recibe una muestra de la tierra y trata de plantar una de las semillas en ella. Resulta que la tierra no está contaminada radioactiva, el grano comienza a germinar. Pide al Consejo Comunitario que explore la posibilidad de recrear la vida en el planeta. La respuesta es negativa y arrestan a la mujer. Decide escapar a la superficie, al desierto mortal, y plantar su arbolito en alguna parte.