El director Jonás Trueba captura el espíritu de un grupo de adolescentes en España de una manera empática, convincente y conmovedora. En 2016, Trueba les pidió a los adolescentes que participaran en un proyecto de cinco años, en el que recrearon situaciones de sus vidas. Hablan de sus inseguridades, de querer ser aceptados, de la soledad y de lo que se supone que deben hacer con sus vidas. Se manifiestan contra la privatización de las escuelas, debaten sobre política y, como muchos adultos, se preocupan por el futuro del planeta.