En un presente paralelo, el humano artificial ha alcanzado su plenitud. Los robots ya no tienen nada de robot. Nuevas tecnologías y avances en el campo de la ciencia han hecho posible fabricar un producto - una especie de sirviente mecanizado - que es tan similar a un humano real que a menudo puede considerarse un sustituto perfectamente bueno. Los Robots Humanos (HUBOT) también han dado lugar a nuevos problemas y dilemas.
Preguntas legales espinosas han empezado a ocupar cada vez más la mente de las personas y aún esperan ser respondidas: ¿Quién es responsable de las acciones de un hubot? ¿Tienen los hubots algún tipo de "derechos de hubot"? ¿Deberían ser pagados por su trabajo? A medida que un número cada vez mayor de personas forman relaciones con hubots, los límites entre humano y máquina se vuelven borrosos.
Cuando los humanos hacen copias de sí mismos, que son tan parecidas a la cosa real que forman lazos emocionales, surge la pregunta - ¿Qué significa realmente ser 'humano'?