En "Blood Relations", una joven llamada Lizzie Borden es acusada de asesinar a su padre y madrastra en su casa de Massachusetts en 1892. A pesar de que Lizzie es declarada inocente en el juicio, la comunidad sigue convencida de su culpabilidad debido a las circunstancias misteriosas que rodean el crimen.
La historia se desarrolla a través de una serie de flashbacks que revelan la relación tensa de Lizzie con su familia, especialmente con su madrastra. A medida que se van desentrañando los secretos oscuros de la familia Borden, se plantea la pregunta de si Lizzie realmente fue la responsable de los asesinatos o si hubo alguien más involucrado.
La trama se complica aún más cuando se descubre que Lizzie sufre de trastornos mentales que podrían haberla llevado a cometer un acto tan atroz. A medida que avanza la historia, se cuestiona la verdad detrás de los crímenes y se plantea la posibilidad de que la justicia no haya sido realmente servida en este caso.