Auguste Rodin (1840-1917), hombre de pueblo, autodidacta y escultor revolucionario, el más brillante de su época. A los 42 años, Rodin conoce a Camille Claudel, una joven desesperada por convertirse en su asistente. Rápidamente la reconoce como su alumna más capaz y la trata como a una igual en materia de creación.