Cuando Guy y Leonora se reencuentran después de varios años, Guy descubre que su amor por ella no ha cambiado. Cuando eran adolescentes, estaban locamente enamorados, involucrándose en bromas cada vez más serias. Sin embargo, cuando uno de sus amigos muere, ella decide que ya no quiere verlo. Habiéndose encontrado de nuevo, la obsesión de Guy comienza a crecer. Acuerdan almorzar todos los sábados y hablan por teléfono todos los días, pero para Guy, no es suficiente. Para Leonora, Guy es sofocante y ella no quiere la misma relación intensa que él. Cuando ella le dice que está enamorada de alguien que conoció unos años antes en la universidad y que se van a casar, él estalla de ira.