Tras la muerte de su madre, Héctor llega a Manila para vivir con su abuela. Incapaz de hablar tagalo, Héctor se une a una pandilla callejera antes de que un fotógrafo lo tome bajo su protección. Acosado por los recuerdos de su madre, Héctor fotografía a una mujer anónima cuando, de repente, estas vidas aparentemente desconectadas chocan.