Shirobako
Aoi nunca olvidará cómo se sintió el día en que el labor de amor de su club de animación de la escuela secundaria fue mostrado en el festival cultural. El sentido de asombro y la sensación de logro que vinieron con completar su primer proyecto son exactamente lo que animó a Aoi y a sus compañeros de club a entrar en la industria de la animación en primer lugar.
Pero dos años después, Aoi se ha graduado, y ahora que trabaja como asistente de producción para un estudio de animación de renombre, la realidad abrumadora de su trabajo ha disminuido un poco su entusiasmo. A pesar de las largas horas y el horario agotador, Aoi aún espera cumplir la promesa que ella y sus amigos del club Ema, Shizuka, Misa y Midori hicieron: reunirse algún día y hacer una verdadera película animada propia como profesionales.