En la antigua China, un joven llamado Shou es conocido por su habilidad en el arte de la caligrafía. Su destreza con el pincel es tan impresionante que es apodado "Zhi ao chu", que significa "el maestro de la escritura".
Un día, Shou es desafiado por un famoso calígrafo de la corte imperial a una competencia. El desafío consiste en escribir un poema en un pergamino de seda en el menor tiempo posible, sin cometer errores.
Shou acepta el desafío y se prepara para demostrar su talento. Con concentración y precisión, comienza a trazar los caracteres en el pergamino, cautivando a todos los presentes con su elegancia y fluidez.
Finalmente, Shou completa el poema con éxito y es declarado como el ganador del desafío. Su reputación como "Zhi ao chu" se fortalece aún más, convirtiéndose en una leyenda en el mundo de la caligrafía.