Petra y Matías están casados desde hace veinte años. Es violonchelista y aficionada al espiritismo. Trabaja como conserje en la sala de autopsias de la facultad de medicina. Petra tiene un carácter agrio e intransigente, por lo que sus discusiones con Matías son habituales, aunque la cuida mucho para no levantarle nunca la voz. A Matías, sin embargo, no le importa lo que diga la gente y grita sin ceremonias. Los vecinos, que son chismosos, están al tanto de todo lo que pasa en esa casa. Pero Matías se enamora perdidamente de una dependienta. Y casualmente tiene el trabajo ideal para deshacerse de su esposa.