Sin dejar huella
Aurelia, una norteña que abandonó la preparatoria y tiene dos hijos, decide cambiar su vida como costurera en un taller clandestino al robar la droga de su novio, venderla y dirigirse a Cancún en su camioneta. En una parada de camiones, es abordada por Marilú, quien se dedica a vender falsificaciones de arte maya, habla con acento castellano y viste de Gucci. Marilú también está huyendo, tratando de evitar la prisión y escapar de un investigador federal corrupto. En el camino, pronto se hace evidente que están siendo seguidas, pero ¿por quién? Al menos seis personas están persiguiendo a las mujeres. ¿Podrán confiar lo suficiente entre ellas para trabajar en equipo? ¿Existe honor entre ladrones?