Hace doce años, Lacey fue violada y tuvo un hijo como resultado. Ahora su violador está en libertad condicional, y dado que él es el padre del niño y ha mostrado signos de rehabilitación, un juez le ha otorgado derechos de visita. Lenta pero predeciblemente, Lacey se da cuenta de que las cosas no están bien con él, pero gracias a la manipulación de sus violadores, todos los que conoce, desde su jefe hasta sus amigos, descartan sus sentimientos y piensan que está loca. Mientras tanto, su atacante está preparado para terminar lo que comenzó hace 12 años.