Estableciendo algunos paralelismos intrigantes entre el trabajo de la prostituta y el del psiquiatra: ambos tienen clientes, ambos cobran por las sesiones, ambos asumen roles que satisfacen las necesidades, psicológicas o de otro tipo, de aquellos a quienes sirven, como Alice, una prostituta descontenta. y Xavier, un psiquiatra con una situación doméstica que se desmorona. Con el sexo más comentado que mostrado, la película está llena de diálogos directos y doble sentido.