La tragedia de Chernobyl en Ucrania afectó a muchas personas, incluido el físico nuclear Nestor Ivanovich Hreem. El hombre que nunca hizo concesiones está ahora en prisión y le cuenta a un investigador de la policía su historia. Como físico nuclear, sus principios rectores están determinados por su profesión, un campo en el que no hay lugar para medias tintas. Las personas como Nestor, sin embargo, lo pasan mal en el mundo actual, donde dos más dos no son cuatro, donde tu hermano te apuñala por la espalda y nadie es responsable de sus acciones. Un mundo donde todos defiendan su propia verdad y los poderes estatales sean capaces de enviar a miles de personas a la muerte. Esto es Ucrania, todavía bajo las cenizas de Chernobyl y todavía con resaca de la Revolución Naranja. Hay muy pocas personas viviendo aquí que no traicionarán el "hoy" cuando llegue el mañana.