Rufino (15) deambula por las calles de la Ciudad de México. Hace todo lo posible por cuidar a los niños sin hogar más pequeños que sobreviven con una dieta de pegamento y hachís y duermen en las alcantarillas por la noche. Rufino gana algo de dinero haciendo un trabajo duro y sucio, como mover carne por un matadero. Rufino vende una bolsa de cocaína para Ochoa, un policía corrupto que tiene el distrito de Rufino en su poder y también es amante de la madre adoptiva de Rufino. Decide usar el dinero para huir de la ciudad con su novia y su bebé. Ochoa sale tras ellos. Justo cuando Rufino parece capaz de escapar, descubre que su verdadero padre todavía está vivo. Obsesionado por este conocimiento, Rufino no quiere irse hasta encontrar a su padre.