Meses después de que Hosni Mubarak dimitiera, los egipcios de todo el país parecen decididos a mantener la insurgencia hasta que se cumplan sus demandas. Por tanto, es demasiado prematuro esperar que los cineastas imaginen ficciones que transmitan la inimaginable experiencia del levantamiento. Una situación diferente se cierne sobre el cine documental, y Tahrir 2011 es un intento loable de alejarse del reportaje y reflexionar sobre lo que los historiadores catalogarán como el primer capítulo del levantamiento. Estructurada en tres capítulos, la película desacredita en broma conceptos erróneos y estereotipos.