Nolie acaba de cumplir veintiún años, pero tiene problemas mentales y actúa más como ocho. Mientras afirma que ella solo quiere ayudarlo, a su "asfixiante" le gustan las cosas de esa manera. Un día, Nolie visita a su amado abuelo en una casa de reposo y se horroriza de cómo el anciano se ha deteriorado, vegetando en su silla de ruedas. Se da cuenta de que esto se debe en parte a la medicación que le están dando las enfermeras. Nolie decide que debe rehabilitar al abuelo él mismo, ya que a nadie más le importa. Además, él y el abuelo deben mantener su proyecto en secreto. Es un trabajo para un hombre y es hora de que Nolie se convierta en uno.