En Rochester, una niña preadolescente es secuestrada, violada y asesinada. La detective Megan Paige investiga: trabaja largas horas obsesivamente, y pronto comienza a ver visiones de la niña muerta.
El FBI perfila al asesino como un vagabundo espontáneo, afortunado de no ser atrapado; Megan piensa que es local y un planificador metódico. Ella nota que los nombres y apellidos de la víctima y el lugar donde se dejó el cuerpo comienzan con "C".
Cuando un segundo asesinato sigue el mismo patrón, Megan es vindicada, pero sus obsesiones se apoderan de ella, y su estado mental dificulta su trabajo. Con la ayuda de medicamentos, terapia y un amigo, ¿podrá recuperar su equilibrio y atrapar al asesino del alfabeto?