Cuando su madre autosuficiente muere inesperadamente, Atticus huye a las profundidades de los bosques que rodean su casa de Catskills. Vagando por el bosque en estado de shock, confiando en la escasa comida y el refugio que encuentra, la comprensión de la realidad de Atticus comienza a deshilacharse. Con los nervios agotados, Atticus se engancha cuando se encuentra con Carter, un vagabundo desaliñado que fuma marihuana, que vive fuera de su automóvil y vende collares hechos a mano en el circuito de festivales. Se forma una alianza cautelosa, en la que cada uno depende del otro, pero ninguno está seguro de que está tomando la decisión correcta.