En la noche del 20 de agosto de 1989, el barco de pasajeros Marchioness colisionó con un barco de dragado en el río Támesis en Londres. La colisión resultó en uno de los peores desastres fluviales en la historia del Reino Unido, con la pérdida de 51 vidas.
El Marchioness, que estaba siendo utilizado como un lugar de fiesta en el momento del accidente, se hundió rápidamente después de la colisión. A pesar de los esfuerzos de rescate, muchas personas a bordo no pudieron ser salvadas debido a la rapidez con la que el barco se hundió.
El desastre llevó a un intenso escrutinio de la seguridad en el río Támesis y a cambios en las regulaciones de navegación. Se realizaron investigaciones para determinar las causas del accidente y se implementaron medidas para prevenir tragedias similares en el futuro.