Mientras el rey Edvard y la reina Paige se preparan para partir de Copenhague en su luna de miel, Eddie, para complacer a Paige, cambia su destino de una isla caribeña al ficticio protectorado de la corona de Belavia; poco después de su llegada, un secuaz (Oliver) del ambicioso primer ministro danés (Polonius) ve a la pareja, y Paige reconoce a Scott, ahora periodista, anteriormente novio de la escuela secundaria. Pronto, el rey y la reina descubren a Oliver, las máquinas y un equipo, a punto de comenzar a limpiar una reserva forestal para dar paso a un oleoducto; el rey les ordena que no empiecen. La pareja real progresa con el príncipe de Belavia, pero Polonio hace sus trucos sucios. Edvard y Paige se enteran de que Scott ha participado en secreto en el malvado trabajo de Polonius y Oliver. Abundan las travesuras, pero, como era de esperar, lo bueno y lo correcto prevalecen, por lo que Eddie y Paige ganan, al igual que Belavia. El parlamento danés sigue el liderazgo de su rey, derrotando así a Polonio.