Homer muestra copias piratas de películas descargadas a sus amigos, pero después de que Marge lo informa accidentalmente, el FBI lo arresta y la familia se ve obligada a refugiarse en el consulado sueco, desde donde Homer finalmente es llevado a los tribunales. Sin embargo, su apasionado discurso sobre los derechos del hombre común contra el poder de las grandes empresas le valió una absolución y una película basada en sus propias experiencias, aunque se niega a proyectar una copia pirata de la misma.